Según se indican en un estudio reciente investigadores estadounidenses concluyen que la personas con mayores niveles de una hormona supresora del apetito, conocida como leptina y producida por las células grasas, serían menos propensas que otras, evaluadas dentro de dicho estudio y con menores niveles de la hormona, a desarrollar la enfermedad de Alzheimer.
El grupo halló que una persona que comenzaba con los menores niveles de leptina tenía un 25% de riesgo de desarrollar Alzheimer, mientras que quienes iniciaban con las mayores cantidades de leptina tenían sólo un 6% de riesgo de padecer cualquier forma de demencia. Igualmente, entre aquellos que se realizaron controles cerebrales, las personas con mayor cantidad de leptina tenían mayor volumen cerebral en el hipocampo -un centro clave de la memoria- comparado con las personas que empezaban con niveles de la hormona más bajos.
Está en estudio el desarrollo de un tónico natural con leptina que pueda prevenir o retrasar los efectos de la demencia senil.
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